La utilización del casco para ciclismo es obligatoria en España desde 2003 en vías interurbanas, y añadiríamos que indispensable independientemente del nivel al que se practique.
¿Son todos seguros?
Desde las “chichoneras”, los cascos han evolucionado mucho técnicamente. La mayoría ya están construidos de forma “In-mold”: la carcasa y el relleno de plástico se unen dentro de un mismo molde. Así, el poliestireno o polipropileno (material básico con el que se construye un casco) toma la forma y se compacta directamente sobre la carcasa externa de policarbonato soldándose ambas. Se consiguen cascos más compactos, ligeros, resistentes, y de mayor capacidad para absorber impactos.
Con la obligatoriedad aparecieron una gran variedad de modelos y calidades, pero todos deben de pasar una serie de homologaciones antes de llegar al mercado, sean de gama alta o baja.
¿Este casco es de montaña o carretera?
Estructuralmente, el casco en las dos modalidades es el mismo y la única diferencia es la estética. Incluso la visera, comúnmente considerada de MTB, se incorpora ya extraíble en muchos casos para no posicionar el modelo. Aunque muchas marcas continúan realizando dos líneas estéticas, si practicas las dos modalidades encontrarás modelos neutros sin problema (p.e.: los cascos para ciclismo Nexion o Daggon de Spiuk)
¿Cuál es mi talla?
Lo mejor es medirse la circunferencia de la cabeza por la zona más ancha para obtener la talla en cm, independiente del tallaje en letras utilizado por la marca. La talla M no es la misma en todas las marcas. La variedad de tallas es un elemento que denota la calidad de un casco; los modelos de gama alta suelen estar disponibles en tres tallas, mientras que los de gama media y baja suelen ser de talla única.
¿Cómo selecciono mi casco?
Aunque todos estén homologados, deberás buscar el equilibrio entre comodidad, peso, ventilación, calidad de materiales, tipo de cierre, estética, accesorios y el precio.
Las gamas altas tendrán mayores aperturas de ventilación, protegidas con malla anti-insectos y utilizarán el carbono para con el mayor peso conseguir la mayor resistencia y ergonómicamente se ajustarán mejor a la cabeza proporcionando mayor comodidad y ajuste y una mejor absorción en caso de caída. Suelen pesar en ese caso 200-250 gr.
Los de gamas inferiores, tienen menos aperturas para mantener la resistencia del casco, por lo que aumentará el peso hasta los 350 gr. No tendrá la malla protectora y seguramente no dispondrá de otro juego de almohadillas. Los acabados no serán tan perfectos y la estética más simple. Al ser talla única el ajuste no será tan perfecto quedando espacio entre el interior del casco lateral y el anillo ajustable de plástico.
Aún así, encontramos firmas, como Spiuk, con una muy buena relación calidad-precio y que apenas ofrecen diferencias apreciables con modelos más caros y consiguen que sus modelos sean de los más usados por el pelotón en España.
¿Se me ajustará correctamente?
La horma es vital para estar cómodos. No es igual en todos los fabricantes, del mismo modo que no todas las cabezas tienen la misma forma. En unos es más redonda, en otras alargada, profunda y quedan más altos. Y la talla hará que esa horma encaje a la perfección eliminando movimientos molestos.
Por ese motivo en Retto siempre es posible realizar una devolución o un cambio de talla, inclusive, en este último caso, gratuitamente al superar 70 euros.
A esto hay que añadir la calidad de las correas y las almohadillas, del cierre del barboquejo y el cierre trasero, siempre mejores en gamas media-altas. En este último punto, básicamente encontramos dos tipos de cierre: el de ruedecilla y el de doble dentado, ambos igual de seguros y progresivos.
Un casco mal colocado pierde toda su eficacia y protección. El cierre del barboquejo debe quedar razonablemente cerca de la barbilla. Debe colocarse recto –ni demasiado hacía atrás ni demasiado hacia al frente–. En general, el casco, aunque moleste, debe quedar bien sujeto a nuestra cabeza, si se mueve con excesiva facilidad es que está mal colocado y se puede desplazar en el momento en que nos sea menos oportuno. Por último, hay que señalar que es recomendable colocar las patillas de las gafas por fuera de las correas del casco, así impediremos que en caso de choque las gafas queden atrapadas dentro del casco y se nos puedan clavar de algún modo.
Accesorios
Generalmente, los cascos vienen con una serie de accesorios que cada fabricante incorpora en función de la gama. El kit de almohadillas de recambio y la visera (generalmente intercambiable) suelen ser comunes. Otros fabricantes, como Spiuk, incluyen una funda para el transporte o conservación. En ocasiones, las almohadillas de recambio pueden incluir una red antiinsectos (es posible que esta forme parte de la estructura del casco) o puede ser que el almohadillado de recambio sea indicado para el verano o para el invierno en función de su grosor. Lo de la red antiinsectos no es un accesorio baladí, ya que nos puede proteger de algunas molestias importantes como puede ser la picadura de una abeja en pleno pedaleo.
¿Debo cambiar mi casco en caso de un impacto importante?
Los cascos para bicicleta están diseñados para ofrecer protección contra un único impacto intenso. El poliestireno se aplasta para absorber la energía del impacto al ocurrir una caída o un choque, y no serviría en caso de ocurrir otro impacto. Aunque no haya señales visibles de daño en el casco será necesario reemplazarlo. Tampoco debemos extrañarnos si este se rompe. Está fabricado precisamente para eso, para asumir el impacto del golpe en vez de tu cabeza.
Y cómo lo limpio!
Las almohadillas se pueden extraer (suelen ir pegadas con velcro) y lavarlas en la lavadora. Las correas y la parte externa se pueden limpiar con un trapo húmedo, o incluso protegiéndolo en la lavadora, con un programa suave y agua fría.
Bueno, menuda clase nos acabas de dar jeje
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